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Portugal desafía al granito gallego

Arcozelo es una freguesia portuguesa del concello de Ponte de Lima. Su población no llega a los 4.000 habiantes, pero aspira a convertirse en un espacio de referencia para la industria de piedra natural portuguesa, a apenas unos 70 kilómetros de Vigo y unos 40 de la Raia. Gracias a las facilidades que proporciona la administración portuguesa, Arcozelo, prevé para el 2021 arrancar con la venta de casi dos hectáreas del polo empresarial de Pedras Finas. De este modo endurecerá la competencia del granito gallego, como hicieron en su día con el sector del automóvil.

El polo industrial de Pedras Finas ha recibido una inyección pública de 5,5 millones de euros, para el acondicionamiento del espacio, accesos varios y red del saneamiento.

Los portugueses trabajan muy bien esa conexión entre estado, industria y organismos supranacionales. Han sido conscientes de que la piedra cada vez tiene un peso más relevante en el PIB y están consolidando la figura del Clúster.

El parque permitirá la adopción de mejores prácticas ambientales, mejores técnicas y la reordenación espacial, beneficiando a todas las entidades públicas y privadas involucradas en la adhesión a un verdadero concepto de eficiencia colectiva.

La asamblea de la freguesía de Arcozelo aprobó la venta de los terrenos con grandes descuentos en función del empleo generado. El precio de partida son diez euros el metro cuadrado: para una empresa de granito que cuenta con cinco trabajadores, el metro cuadrado tendrá una rebaja de un euro; si la empresa da empleo a más de 60 personas el terreno les saldrá a cinco euros por metro cuadrado. Este valor es entre cinco y veinte veces más bajo que lo que cuesta el terreno de los polígonos de A Veigadaña (Mos) o Arbo, por ejemplo.

El vínculo comercial entre Portugal y Galicia con el granito es intenso. El granito gallego superó en el 2019 las 459.000 toneladas y, aunque registró un descenso en el volumen, elevó la facturación exterior hasta los 120,3 millones.

El sector del granito gallego está sufriendo las consecuencias de la Covid-19, debido a que la pandemia ha provocado una caída de ventas al encontrarse las empresas gallegas con un mercado nacional e internacional muy deteriorado.