El cobre es el metal de la transición energética, usado en las energías verdes y construcciones ecológicas. Por ejemplo, un coche eléctrico contiene 20 kilogramos de este material.

La producción de cobre en la comarca de Touro-O Pino fue una constante durante el siglo XX y actualmente, con el aumento exponencial de la demanda de este metal, existe un proyecto para la reapertura y la ampliación de la mina.

Es usado en múltiples ámbitos, tanto para fabricar equipos médicos como fertilizantes, y también está presente en tu teléfono y ordenador, por lo que es un mineral del pasado, pero también del futuro.

El coltán es un mineral esencial para la fabricación de componentes electrónicos, de hecho, su uso permite reducir el volumen y peso de los smartphones.

En Galicia está localizada la única mina de coltán del sur de Europa. Se trata de la explotación Penouta, en Viana do Bolo (Ourense).

El coltán gallego es un ‘producto libre de conflicto’ y que además promueva la economía circular, ya que el metal se extrae de balsas de inertes y de la escombrera de una anterior actividad minera.

A día de hoy no hay ninguna mina de oro activa, su extracción tiene una gran tradición en el territorio gallego. Este material precioso ha sido utilizado desde la Prehistoria, ocupando un lugar muy destacado en la Gallaecia romana.

Actualmente, en Salvaterra de Miño (Pontevedra), la empresa Áridos do Mendo dedica parte de sus recursos a la explotación del oro procedente del yacimiento fluvial de donde extrae gravas y arenas.

El estaño fue uno de los primeros metales empleados en Galicia en la Prehistoria. La explotación se reactivó con la reapertura de la mina de San Finx y la extracción de cantidades significativas en la mina de coltán de Viana do Bolo (Ourense).

Este metal tiene múltiples usos, pero fundamentalmente se emplea para la producción de latas de conserva, instrumentos musicales, vidrio, pasta de dientes, semiconductores, en categorías de pinturas de especial resistencia, así como en la industria aeroespacial.

La capacidad de este metal para endurecer el acero lo hizo imprescindible para la industria militar, por lo que su demanda se disparó durante las primeras décadas del siglo XX, especialmente durante las dos Guerras Mundiales.

Su demanda se reactivó en el siglo XXI, por lo que una iniciativa empresarial obtuvo licencia para extraerlo de la mina de San Finx -A Coruña-. Sin embargo la falta de permisos ambientales dejó a la mina sin producción desde 2017.

Hoy en día lo usamos para fabricar herramientas de corte, brocas de uso doméstico, útiles de dentistas, puntas de bolígrafo o aletas de avión.