DESPUÉS DE LA MINA

El proceso minero no finaliza hasta que se lleva a cabo la restauración de los terrenos donde se llevó a cabo la actividad extractiva: lo que antes era un yacimiento ahora puede ser un centro educativo o un parque natural. El objetivo de esta última fase es devolver a los terrenos el uso previo a su explotación -rehabilitación minera- o bien, adaptarlos para un uso sostenible y beneficioso para su entorno natural y social -reutilización minera-.

España ha sido el primer país del mundo en exigir que las superficies afectadas sean objeto de evaluación de impacto ambiental y en garantizar económicamente la restauración de dichos espacios. De esta manera, el Real decreto 2994/1982 sobre Restauración de Espacio Natural afectado por Actividades Mineras posteriormente desarrollado en el Real Decreto 2994/1982 de Restauración del Espacio Natural afectado por Actividades Mineras  establecen la obligatoriedad de la empresa explotadora de contar con un proyecto de restauración y con un aval económico que garantice su ejecución.

El compromiso de la minería con la restauración

Aunque la restauración minera sea el paso final en la operación de una mina, es un proceso que comienza ya en la fase inicial, cuando se realiza un estudio geo-ecológico (clima, suelo, vegetación, paisaje) y cultural (demografía, economía e historia). Este análisis tiene por objeto hacer más eficiente el proceso de restauración y encontrar el uso adecuado de la mina tras su cierre.

En la actualidad, ha cobrado protagonismo la minería de transferencia donde a medida que se realiza la explotación, se van cerrando los huecos mineros, se aprovechan los pasivos ambientales y se eliminan los residuos.

Tras el cierre de la mina hay una serie de medidas básicas que prepararán la zona para su futuro uso: desmantelamiento de infraestructuras, gestión de residuos, remodelación topográfica, preparación de suelos y revegetación. A continuación llega el momento de darle a este terreno una segunda vida.

La reutilización de espacios mineros en Galicia

La reutilización de los emplazamientos desmantelados tiene un doble beneficio, por una parte para medio ambiente y por otra, para las economías locales, fomentando la integración de nuevas actividades económicas en áreas habitualmente afectadas por el desempleo y por la despoblación rural. Las empresas mineras y la Administración, en su creciente tendencia hacia la sostenibilidad y el desarrollo, apuestan por usos creativos que se integran con el entorno y la comunidad:

  • Museos y centros educativos
  • Centros científicos
  • Jardines y parques
  • Reservas naturales
  • Piscifactorías
  • Lagos de agua dulce
  • Lagunas de recreo
  • Campos de golf
  • Áreas de uso ganadero
  • Áreas de uso agrícola

La región gallega se caracteriza por la calidad de sus rehabilitaciones y reutilizaciones mineras, con algunos ejemplos que a día de hoy son referentes a nivel mundial y que forman parte de la riqueza del paisaje gallego.