RECURSOS GEOLÓGICOS

Los materiales presentes en la geosfera y los procesos que en ella suceden –vulcanismo, metamorfismo…- dan lugar a una gran cantidad de recursos, entre ellos los minerales, que son explotados para favorecer el bienestar y desarrollo de la sociedad.

Galicia es una zona rica en rocas y minerales útiles tanto para la construcción como para diversas industrias, y su presencia responde a procesos asociados a la tectónica de placas, con yacimientos surgidos de manera interna (asociados al magmatismo y al metamorfismo) y con yacimientos con un origen externo (ligados a la meteorización y la sedimentación).

La riqueza de recursos geológicos de Galicia llamó la atención tanto de locales como de los pueblos invasores a lo largo de los siglos, un patrimonio que fue capturado en los numerosos estudios desarrollados por el químico y geólogo Isidro Parga Pondal durante el siglo XX, con la realización de una serie de mapas que describen por primera vez de forma pormenorizada las características geológicas de las diferentes provincias gallegas.

La comunidad gallega está ubicada en un ámbito geotectónico con abundancia de afloramientos de rocas ígneas ácidas e intermedias como los granitoides y, en algunos sectores, básicas y ultrabásicas como las anfibolitas y los gabros. Además se trata de una región con grandes extensiones de afloramientos de rocas metamórficas, con una presencia mayor de esquistos y gneises en su parte central y occidental; y de pizarras, cuarcitas, areniscas y calizas en la zona oriental. En Galicia son también son numerosos los diques de cuarzo y las extensiones con los depósitos de arenas, gravas y arcillas formados durante el Terciario y el Cuaternario.

Este gran abanico de rocas constituye el objeto principal de la actividad minera de la región gallega, constituyendo recursos geológicos muy valorados a nivel local, nacional e internacional. Un gran porcentaje se aprovecha para el sector de la construcción, bien sea como piedra natural o como áridos. Mientras que otros minerales sirven a otras industrias, como la siderúrgica, la química o la alimenticia.

Las reservas de las diferentes rocas y minerales explotados son abundantes en relación con el ritmo de producción actual, lo que asegura el abastecimiento a largo plazo.