El FP de colocadores de pizarra no cubre sus plazas a pesar de su gran tasa de inserción laboral

En el 1990 se fundó la escuela nacional de colocadores de pizarra (Sobradelo, Carballeda de Valdeorras, Ourense) con el objetivo de cubrir la necesidad de las empresas de contar con trabajadores cualificados y especializados, dándole así un mayor valor a esta profesión y haciendo que los colocadores entrasen ya a trabajar con amplios conocimientos técnicos.

El IES de Sobradelo imparte el ciclo medio de Construcción, en el que además de a colocar pizarra, los alumnos aprenden todo lo relacionado con el sector. Se trata de un pequeño centro que comparte instalaciones con el Clúster de la Pizarra. La directora del centro, Begoña Llamas, comenta que «es importante darle un espíritu técnico a esta profesión, más allá de lo que se transmitía tradicionalmente de padres a hijos», y añade que «en este ciclo hay módulos de cubiertas, cubriciones, encofrado, hormigón armado, impermeabilización e interpretación de planos, entre otros».

Se trata de un total de 2.000 horas de formación (repartidas en dos cursos) que incluyen prácticas en constructoras.

Begoña Llamas lamenta que el problema es que en cada curso se matriculan alrededor de 22 alumnos, pero a medida que va avanzando el curso se van dando de baja. Sin embargo, la portavoz del centro recalca que es una gran oportunidad laboral, ya que constantemente las constructoras llaman al IES para captar alumnos que quieran trabajar: «Hay una falta de expertos para estar en las obras. Cierto es que no hay mucha obra nueva, pero sí de mantenimiento. Es un sector en el que hay trabajo».