04 Ene El Rodio, un metal precioso
El precio del rodio se ha cuadriplicado entre 2016 y 2018, pasando a ser el metal más caro del planeta, por delante de clásicos como el oro y el cobre. Este desorbitado aumento de su precio se debe a la coincidencia del aumento de la demanda y una bajada en la oferta, y algunos analistas de mercado apuntan que su valor podría seguir subiendo.
No existen minas de rodio, sino que este metal se obtiene de la explotación de otros a los que va asociado. Sudáfrica concentra el 80% de la producción, asociado al platino, y Rusia, donde se extrae junto con el níquel, es el segundo productor.
Ya que el valor del platino ha caído recientemente, Sudáfrica ha bajado su nivel de producción, y consecuentemente, también la de rodio.
La ausencia de una producción estable hace que el mercado del rodio, y su valor, sea extremadamente volátil, ocasionando una enorme incertidumbre entre los inversores. Hace una década, su precio consiguió un máximo de 10.000 $ la onza (28 gramos). Luego, en un año, cayó hasta los 1.000 $, llegando al mínimo de 639 $ en agosto de 2016, y aumentando hasta los 2.350 $ a finales de 2018.
Sus aplicaciones aumentaron la demanda
El rodio tiene muchas y variadas aplicaciones. En joyería, se emplea junto con el oro blanco y el platino para conseguir superficies más reflectantes y de mayor blancura, propiedad que es aprovechada para fabricación de equipos ópticos y ciertos tipos de espejos.
La industria electrónica lo demanda por ser buen conductor de la electricidad; y también aporta dureza a los metales con los que se combina, por lo que se usa en aleación con el platino o el paladio para conseguir una mayor resistencia a la corrosión.
Pero quizás lo que más ha hecho aumentar la demanda de este metal nos últimos años es su capacidad de reducir algunos de los gases dañinos producidos por los vehículos, disminuyendo las emisiones contaminantes. Por eso, es un componente clave de los catalizadores de automóviles de gasolina -el 82% de la producción mundial de rodio se destina la esta industria- y de la industria aeroespacial.
El endurecimiento de los estándares y límites de emisiones contaminantes provocó el exponencial aumento de la demanda, y como consecuencia, de su precio. Tal es así que se ha detectado un incremento en el robo de catalizadores de coches, por su contenido en platino, paladio y rodio.