STELLANTIS GALICIA

Galicia pierde el tren de la gigafrábrica de Stellantis

La crisis a nivel global por la escasez de semiconductores en la industria automovilística ha vuelto a afectar esta semana a la productividad de las principales fábricas del territorio nacional, que se han visto obligadas a reducir turnos o incluso a parar alguna de las líneas de montaje.

Stellantis Vigo ha tenido que detener el 21 de junio su producción, que se verá alterada también en los días sucesivos. Seat ha tenido que desprogramar tres días de producción en su planta barcelonesa, al igual que Volswagen Navarra, Mercedes-Benz en Vitoria y la planta valenciana de Ford. Mientras tanto, un tren en marcha impulsado por el mismo Stallantis –la tercera gigafactoría del grupo en Europapuede que pase de largo por España para ir a parar a tierras italianas.

El gobierno de Italia está poniendo todo su empeño para conseguir que la nueva gigafábrica del grupo empresarial se asiente en su país. Sin embargo España aún no se ha pronunciado, ni  tampoco reunido con Carlos Tavarés, el presidente del consorcio franco italiano, pese a que somos el primer país fabricante del grupo, con una producción de un millón de unidades al año y tres plantas de ensamblajes de coches.

La ministra Reyes Matamoro mantiene que todas las comunidades, independientemente de su peso en el sector de la automoción, pueden optar a los fondos de recuperación de la Unión Europea, con el objetivo de captar al menos dos fábricas de baterías.

Fuentes de la automoción gallega afirman que «la importancia de estas plantas radica en que son un objetivo estratégico, ya que se trata de fabricar nuestras propias baterías en Europa para competir con los chinos, no de que vengan aquí los chinos a hacerlas».

Según un estudio elaborado por la consultora Brain & Company, esta crisis no tiene una fecha de finalización cercana. La falta de microchips que está afectando a la gran mayoría de los fabricantes de vehículos en todo el mundo durará como mínimo hasta 2022 y además, harán falta miles de millones de euros para apaciguarla. El documento asegura que no se trata de una crisis aislada, sino más bien de algo que se seguirá repitiendo en el futuro.

No se trata de la primera vez

Hace 10 años, Galicia estuvo muy cerca de conseguir la primera fábrica de baterías para coches eléctricos en Europa, pero una serie de acontecimientos (el terremoto de Japón y el frenazo de la electromovilidad) dieron al trate con el proyecto del consorcio Mitsubishi-Yuasa de más de 500 millones de euros de inversión.

Hace tres años, tras el fracasado intento precedente, volvió a surgir la primera gran oleada de implantación de fábricas de baterías en Europa, pero las opciones de Galicia, pese a tener la planta más productiva de coche del grupo impulsor (entonces PSA Peugeot Citröen) en el continente, se quedaron otra vez en nada.