06 May La Comisión Europea reconoce la compatibilidad de la extracción mineral no energética y Natura 2000
La Comisión Europea ha publicado recientemente el Documento de Orientación Extracción mineral no energética y Natura 2000, una guía sobre el desarrollo de actividades extractivas no energéticas de conformidad con los requisitos de Natura 2000.
En él, afirman que los sectores de la industria manufacturera y de la construcción de Europa dependen en gran medida de la industria de la extracción no energética para abastecerse de materias primas esenciales. Los imperativos económicos son claros: el sector tuvo en 2007 un volumen de negocios de unos 49.000 millones deeuros, y ofreció empleo a unas 287.000 personas. Los sectores más lejanos de la cadena que dependen de un aporte continuo de materias primas hacen que esa importancia sea incluso mayor.
Reconocen también que para construir la economía de mañana hemos de cuidar hoy nuestro medio, lo que significa que la extracción de materias primas debe efectuarse sin obviar la necesidad de velar por la naturaleza y su sostenibilidad.
Natura 2000 es el elemento central de la política de la UE en materia de naturaleza y biodiversidad. Consiste en una red ecológica que se extiende por toda la UE, y comprende casi 26.000 sitios de los 27 países de la Unión. Fue creada en virtud de la Directiva sobre hábitats de 1992 y cubre casi el 18% de la superficie terrestre de la UE. El objetivo de esta red es la supervivencia a largo plazo de las especies, hábitats y ecosistemas más valiosos y amenazados de Europa y que, además de sus valores intrínsecos, ofrecen una amplia gama de beneficios sociales y económicos a la sociedad.
Así, estas directrices muestran cómo es posible satisfacer las necesidades de la industria de extracción evitando los efectos negativos sobre la naturaleza y la vida silvestre. En ellas se examina también cómo se puede reducir o incluso evitar completamente el impacto de las actividades de extracción sobre la naturaleza y la biodiversidad. Se subraya aquí la importancia de la planificación estratégica y de la evaluación apropiada de las nuevas actividades, así como la necesidad de medidas adecuadas de reducción de las consecuencias.
Las directrices contienen muchos ejemplos de buenas prácticas, y muestran cómo algunos proyectos de extracción pueden al final resultar beneficiosos para la biodiversidad al proporcionar nichos ecológicos de gran calidad.